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LUIS GONZÁLEZ ESTUDIO LEGAL

LITIGIO DE ALTA ESPECIALIDAD.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL MUNDO JURÍDICO

  • Foto del escritor: Vico Luna
    Vico Luna
  • 8 ene
  • 3 Min. de lectura
¿La IA puede reemplazar la labor de un abogado/a o un juez/a?

En nuestra vida cotidiana muchas veces nos encontramos usando IA y no somos conscientes de ello. El avance de la inteligencia artificial ha generado resultados notables en ámbitos muy especializados, desde la detección temprana de enfermedades, nuevos espacios inclusivos y la agilización de procesos en la vida jurídica.

Si bien es cierto, la IA no ha sido la excepción en el mundo jurídico, pudiendo funcionar como una herramienta auxiliar en la toma de decisiones legales. Sin embargo, esto es aún dentro de un marco minucioso, pues una gran cantidad de funciones requieren sin duda ser supervisadas por un ser humano, principalmente por la labor jurisdiccional, la complejidad de asuntos y la carga específica de labores.

La profesión jurídica se complementa concretamente del juicio, empatía y criterio irremplazable del ser humano, no obstante, en la medida que la IA ha aumentado su relevancia en la profesión jurídica; la ética profesional y el uso de estos sistemas ha obligado a la implementación de nueva normativa en la materia, priorizando aspectos que alberguen la privacidad y confidencialidad de los usuarios/clientes.

Ahora bien, La recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial es una respuesta importante. Es por esto que mediante iniciativa presentada el 2 de abril de 2024 ante el Senado de la República, se propuso la expedición de una ley federal que regule de manera exhaustiva el uso y comercialización de la inteligencia artificial. Con esta propuesta legislativa se pretende crear un marco jurídico sólido que, por un lado, permita aprovechar al máximo las ventajas que ofrece esta tecnología y, por otro lado, garantice la protección integral de los derechos de los ciudadanos, promoviendo así su desarrollo de manera responsable y ordenada en el territorio nacional.


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De las 31 propuestas legislativas presentadas en el Senado sobre inteligencia artificial, 28 adoptan un enfoque penal, centrándose en la tipificación de nuevos delitos. Solo dos iniciativas exploran la vía constitucional, considerada por muchos expertos como la más adecuada para establecer un marco regulatorio sólido y de largo plazo.


Asimismo, los 193 Estados miembros de la UNESCO han aprobado el primer marco ético sobre inteligencia artificial, abordando cuestiones relativas a la transparencia, la rendición de cuentas y la privacidad, con capítulos políticos orientados a la acción sobre la gobernanza de los datos, la educación, la cultura, el trabajo, la atención sanitaria y la economía. No obstante, expertos en la materia han señalado la urgencia de diseñar políticas públicas en la materia para permitir una regulación que garantice la protección de derechos humanos.


Entonces ¿podrá la IA reemplazar la labor de un abogado/a o un juez/a? La respuesta es no, un sistema informático nunca podrá llegar a suplantar alguno de estos roles en la profesión jurídica, pues la distinguida habilidad de persuadir, empatizar y conectar con el ambiente relacionado al tiempo real es al mismo tiempo determinante para los juzgadores en el sentido de impartir justicia con la máxima eficacia.



La colaboración entre gobiernos, empresas tecnológicas y expertos en derecho es crucial para garantizar que la IA se desarrolle de manera ética y beneficiosa para la sociedad.
La colaboración entre gobiernos, empresas tecnológicas y expertos en derecho es crucial para garantizar que la IA se desarrolle de manera ética y beneficiosa para la sociedad.


Finalmente, la irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito jurídico plantea desafíos regulatorios sin precedentes. Si bien existen iniciativas legislativas para abordar esta nueva realidad, es necesario avanzar hacia un marco normativo más sólido y coherente a nivel internacional. La protección de los derechos humanos, la transparencia algorítmica y la responsabilidad en el desarrollo y uso de la IA deben ser pilares fundamentales de cualquier regulación. En este sentido, la colaboración entre gobiernos, empresas tecnológicas y expertos en derecho es crucial para garantizar que la IA se desarrolle de manera ética y beneficiosa para la sociedad





Referencias Bibliográficas.

 
 
 

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